Penitente, ausente y cansado
empedraba el suelo de mi amargura,
alli, por donde transite olvidado
por sueños, amores y ternura,
destruyendo a cada paso ensangrentado
el eco de una palabra futura,
tropiezo con la soga del amor ahorcado
que yace en el fondo de una botella muda,
en lo rancio de su sabor nace un verso embriagado
que intenta abrirse paso entre la duda,
las lagrimas me aburrieron, siempre me han sobrado,
mis ojos son el nacimiento de rios sin vida
que se observan inertes al desamparo
del espejo de una mirada repetida,
mi corazon es un cementerio aniquilado
donde un cuervo receloso anida
picoteando las entrañas de mi yo desconsolado
en lo oscuro de mi alma alcoholizada y dormida
se tambalea tarareando
una cancion de despedida,
es una elegia a la misma muerte
es el hilo que cierra la herida,
ahora mi volatil presencia dolorida
se acurruca entre sueños engañando a la mente
y bañada de vino y ron se cree mas fuerte
Se puede negar el amor, que grita dentro, se puede lapidar el sentimiento en un poeta, se puede dejar de amar una y mil veces, cuando el alma se ofrece....definitivamente, amando, se aprende amar....entre sombras levantamos puentes, y nos hacemos fuertes, y cruzamos, siii, cruzamos en suprema valentía, porque preferible es morir, para vivir amando, que vivir sin el temblor de unos labios.....
ResponderEliminarSoberbias letras, pero llenas de ese dolor que nos da lo que creemos perdido, y nada está perdido, mientras exista y viva, el corazón de un poeta, como tú, mi querido, mi gran y admirado amigo, mi cómplice de ideas y sueños...
Mil abrazos